¿ Quién Soy ?

Mi nombre es Gabriela Herrera y soy maestra de meditaciones guiadas con música desde hace 14 años.

Estudié Diseño Gráfico y depués me fui a vivir a la ciudad de San Francisco, donde me certifiqué en el Practitioner de PNL con Robert Dilts. Después obtuve la certificación de Coach de Vida en el NLP Institute of California en el 2002.  Y en 2016 me certifiqué como coach tanatológico en la ciudad de Querétaro.

He asistido a innumerables entrenamientos de meditación, así como de Semiología de la Vida cotidiana y Access Counsiousnes.

Mi experiencia en meditación empezó hace 32 años, cuando comencé a explorar las bondades de lo que la meditación podía hacer en mi vida y desde entonces se convirtió en una práctica habitual en mi vida cotidiana.

Tengo una maestra de meditación indú y desde los 15 años viajaba todos los veranos a su ashram para poder seguir aprendiendo y conociendo más mi Ser interior.

Mi gran Maestra fue Guadalupe Maldonado, mi madre, quien empezó con este método hace 30 años. Ella desarrolló este método de meditaciones guiadas con música, donde te quedas acostado y te dejas guiar por la voz y la imaginación. 

Comencé en el 2005 a dar clases a su lado y fue ella quien me enseñó a poder transmitir esta técnica de meditación para ayudar a otros a encontrar paz a través del contacto interior y de crear un espacio semanal para poder hacer una pausa y regresar a la sabiduría interna que todos llevamos dentro. Su entrega, amor incondicional, sabiduría y compasión por sus alumnos me siguen acompañando todos los días de mi vida. Y me recuerdan cual es la intensión de este camino.

Desde que ella murió en el 2018, llevo yo ahora este camino e imparto sesiones en la ciudad de Querétaro y la ciudad de México de manera semanal.

Ha sido una experiencia de vida maravillosa poder seguir el legado de mi madre y poder poner mi tiempo y entrega, a servir a otros para poner mi granito de arena y crear un mundo donde cada uno pueda recuperar su propia voz y serenidad.

Para mi, la meditación es la manera de mantener mi equilibrio, poder pasar por todas las experiencias que la vida va poniendo en el camino y confiar en que sin importar todo lo que esté pasando en el exterior, siempre hay la posibilidad de regresar a un espacio interno donde puedo recuperar toda la confianza y la paz.